Mi formación académica es en Económicas, pero a los 25 años descubrí el ajedrez y desde entonces se convirtió en una de mis grandes pasiones. A pesar de empezar relativamente tarde, he alcanzado un ELO FIDE superior a 2100, compitiendo en torneos oficiales y enfrentándome a jugadores de gran nivel.

Esa experiencia me enseñó que el ajedrez no está reservado únicamente a quienes comienzan de niños: cualquier persona puede progresar y disfrutar de él si encuentra la motivación y las herramientas adecuadas.

Hoy compagino mi faceta de jugador con la enseñanza y la divulgación a través de ChessMagis, un proyecto donde integro ajedrez y tecnología. Mi objetivo es que cada alumno no solo aprenda aperturas o finales, sino que viva el ajedrez como una escuela de estrategia, concentración y creatividad aplicable también fuera del tablero.